Nadie puede negar que la bollería es deliciosa y se vuelve una tentación; sobre todo en esos momentos en los que sentimos la necesidad de comer “algo dulce”. Pero, incluir bollería de forma habitual en tu dieta puede traerte consecuencias irremediables. Por tal motivo, queremos que hagas conciencia sobre estos peligros y tomes la decisión de limitar el consumo de bollería para proteger tu organismo.

En especial cuando el estrés nos abruma, queremos drenar la presión comiendo algo deliciosos y que nos haga sentir mejor. Las opciones pocos saludables son las más abundantes, e incluso las más económicas, de allí que sea difícil no encontrar bollería. Si quieres comenzar a comer mejor, mira cuales son las principales consecuencias que ejerce la bollería en tu organismo.

Cuáles son las consecuencias de consumir bollería

Qué rico es comer un pastel con una taza de tu café favorito. Pero, ¿sabes lo que con ello introduces a tu cuerpo? La respuesta no es tan buena. Claro está, los peligros que conlleva el consumo de galletas, pasteles, bollos y más se vincula con una cantidad excesiva. Si todos los días comes una galleta y otro añades una tarta, y para cerrar la semana comes un bollo, ya se considera un exceso.

La bollería contiene una enorme cantidad de calorías, mismas que te hacen subir de peso y no precisamente por aumentar tu masa muscular. Tampoco obtendrás ningún nutriente ni beneficio de estas calorías. Por otro lado, tienen justo el tipo de grasa que no debemos comer: grasas trans. Estas grasas son las principales promotoras de los niveles altos de colesterol LDL, causante de enfermedades cardiovasculares.

¿Qué opciones existen para reemplazar la bollería?

Si bien optamos por bollería por su sabor y el placer que nos hace sentir, hay alimentos saludables que podemos usar para saciar ese deseo. Puedes crear galletas con harina de avena y otros alimentos naturales, con poca o cero azúcares refinados, pero con endulzantes naturales. Es un excelente reemplazo que cubrirá tus deseos de comer algo rico y te quitará el hambre.

Pero si no te importa sacrificar el sabor, y solo quieres comer alimentos que puedan saciar el hambre sin caer en los excesos, entonces elige vegetales. Alimentos como el brócoli, aguacate y plátanos tienen ese efecto que con pocos gramos te sentirás satisfecho. También podrías comer un puñado de frutos secos que de igual manera poseen esta propiedad, por llamarlo de alguna forma.

También podrías simplemente limitar el consumo de bollería en un gran porcentaje. Una vez que lo hagas te darás cuenta de que realmente no la necesitabas, que hay muchos alimentos de más provecho; que incluso pueden ser más deliciosos. Puedes reducir la ingesta de esos productos a dos por mes y también disminuir la cantidad por vez. Así poco a poco los eliminaras de tu dieta y te sentirás mejor. Quizás bajes de peso.

¿Toda la bollería es nociva?

No, no todos los tipos de bollería le causa el mismo daño al cuerpo humano. Es la bollería industrial la más dañina y la que deberías tratar de evitar. Aunque suele ser la más provocativa, tras esa buena apariencia hay elementos nocivos. No obstante, si controlas sus ingredientes y optas por lo más natural, elaborar tu propia bollería puede ser una mejor decisión. También podrías investigar donde venden productos no tan artificiales.

Actualmente hay miles de recetas de postres y otros tipos de platos cuyo concepto es evitar químicos y efectos negativos. Y lo mejor de todo es que no se trata de alimentos con un sabor poco agraciado, por el contrario, algunos no se diferencian de los más convencionales. Incluso los que usan productos que jamás has probado, como tipos de leche o de harinas que no compras en el supermercado.

Pero si tu problema es que eliges la bollería industrial porque no sabe cocinar, has llegado al lugar indicado. En No Cocino Más ofrecemos un buen número de opciones de postres caseros, ensaladas y otros platillos que te harán sentir nutrido y llenarán tus expectativas. También hay tuppers para aquellos que siguen un régimen dietético. Así que no tienes excusas si no sabes cocinar o no tienes tiempo para hacerlo.