Las 10 tortillas más sabrosas del mundo

 en Platos estrella

Si pensamos en tortilla la verdad es que se nos hace la boca agua, sea la hora que sea. Te imaginas de repente sentado en una terracita con una caña y tu tapa de tortilla. Insalivas inevitablemente. Aunque seguro nos viene a la mente la tortilla de patata.

Cena con amigos o en familia, un cumpleaños, lo que sea: una buena tortilla no puede faltar en la mesa, es como el indispensable, el recurso con el que sabes que triunfarás sí o sí. Y ¿qué tendrá la tortilla que le gusta a todo el mundo? Pues quizá no te imaginas la variedad de tortillas que existen y cómo puedes jugar con sus combinaciones para un éxito aun mayor.

10 tortillas increíblemente sabrosas que no puedes perderte

La única decisión que tienes que tomar en la elección de estas variedades que te ofrecemos es la eterna lucha entre los dos bandos de “tortilleros”: con cebolla o sin cebolla. Naturalmente, todas ellas pueden hacerse de las dos formas, a tu elección.

Y además la tortilla de patata o sus variantes, sea hecha o comprada, si es de calidad, se convierte en uno de esos pocos platos que se pueden comer tanto en el desayuno como en la cena, de primero, plato único, segundo, o incluso un postre, y si no, que se lo digan a mis hijos.

1.- Te presentamos la estrella de las tortillas de patata. La tortilla de Patatas Rellena de Jamón York y Queso cremoso. Una maravilla de sabor y textura, compuesta de patata, huevo, aceite de oliva virgen extra, cebolla, queso cremoso, mayonesa, jamón de york y una pizca de sal.

2.- Las tortillas envueltas o a la normanda: dejan cuajar el huevo batido extendido sobre toda la superficie de la sartén, añadiendo el relleno ya cocinado en el centro y doblándolas por la mitad sin remover.

Este tipo de tortillas resultan especialmente efectivas y deliciosas cuando se hacen con salteados de verduras y legumbres. Con una manzana cortada a cubos, ligeramente salteada en mantequilla, y unos trozos de queso de brie es una versión de miedo.

3.- Tortilla japonesa. El tamagoyaki o huevo asado es la clásica tortilla japonesa enrollada que encontramos en las bandejas de bento. Los japoneses la comen fría o caliente, y más o menos dulce.  Es una versión arriesgada por el dulce, pero ahí la dejamos para los más gourmets.

Lleva, además de huevo, un poquito de salsa de soja, caldo de atún (dashi) y una cucharada de azúcar. Para preparar el tamagoyaki hace falta una sartén cuadrada o rectangular, que nos permitirá ir enrollando la tortilla sobre sí misma y crear los rollos característicos.

4.- Tortillas con verduras. La tortilla paisana de toda la vida, o al menos así la conocemos en mi casa. A la habitual fórmula de la tortilla de patata se añade una fritada de cebolla, pimiento verde, pimiento rojo, tomate, calabacín… y ya la versión es libre.

Cuidado eso sí con el tomate, que es mejor saltearlo previamente aparte del resto de la verdura porque suelta mucha agua. Si la haces bien gordita y la fritada bien unida a la patata, casi sin distinción, es una maravilla de sabor.

5.- Tortilla de calabacín. Esta tortilla es un recurso ideal cuando nos ponemos a dieta, y sinceramente está riquísima y el calabacín se hace prácticamente solo por su alto contenido en agua, y prácticamente sin aceite, así que es mucho más rápida que la de patata.

Solo hay que cortar el calabacín en dados o rodajas finas, rehogarlo con un poco de cebolla pochada (o no, ya sabes) eliminar el exceso de aceite o líquido, y mezclar con el huevo para cuajar la tortilla.

6.- Tortilla en pastel. Una tortilla equivale a un sabor, tres tortillas distintas, apiladas, y con una salsa que les dé unidad, es una fiesta. No es lo mismo que la tortilla rellena, sino varias tortillas (no muy gruesas) por ejemplo, una de patata, otra de chorizo y otra de calabacín o de pimientos para rebajar, unidas por una fina capa de mayonesa entre ellas. La tapa fresquita ideal.

7.- Tortilla guisada. No me voy a cortar al decir que con esta versión en mi casa entramos en trance. La versión de toda la vida de la tortilla de patata, (no muy cuajada) a la que se le añade una salsa hecha aparte y además de comer y mojar la tortilla, puedes mojar hasta pan.

La receta tradicional de la abuela para la salsa incluye únicamente un poco de harina, ajo y perejil y agua salada. De muerte, y además te sirve para poder reutilizar la tortilla del día anterior sin que se queje nadie, porque todos la queremos recién hecha.

8.- Volvemos a las más novedosas para sibaritas. De pasta o arroz al estilo de italianos y argentinos, que preparan a menudo tortillas de pasta con las sobras de los platos de días anteriores.

También puede cocinarse una variante más neutra, simplemente con pasta hervida y algo de ajo picadito. Se prestan mejor a esta variación las formas de pasta pequeña (spaghetti o fideos) que las gruesas; y las salsas con huevo, queso, o crema de leche que las de tomate.

9.- De vuelta a lo tradicional, tenemos las tortillas con embutidos y queso. Nada, que nos tira la tierra. Tortilla de jamón, chorizo, cecina, tocino ibérico con veta pasado por la sartén, puedes combinarlos todos ellos y tendrás una tortilla algo distinta.

Si combinas los embutidos con verduras salteadas será una versión también increíble. Es lo que tiene la tortilla, que si la haces sólo añadiendo butifarra o chorizo a la patata y el huevo triunfas, pero si añades cualquier otra cosa, también. Ojo al queso. Prueba a añadirle queso para fundir a cualquier tortilla que hagas, bien unido al huevo y verás…

10.- Tortilla de espárragos y gambas. Aplicando a la tortilla de patata un salteado de espárragos trigueros y gambas tendrás una tortilla ideal. Y lo mismo si optas por no añadirle patata y hacerla sólo de espárrago y gambas. Mucho más ligera.

Y no terminaríamos si hablamos de champiñones, alcachofas con morcilla, un salteado de espinacas, con el corazón repleto de queso fundido, envuelta…

 

 

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