No son pocos los utensilios que entran en el grupo de ‘indispensables’ en la cocina, como por ejemplo la sartén, la olla o el colador. Son tantos que incluso también está dentro uno al que se le puede dar uso tanto dentro como fuera de la cocina: el tupper. Te contamos su peculiar historia, que comienza en Estados Unidos y termina abarcando a todo el planeta. Sigue leyendo…

Todo comienza con un desconocido Earl Tupper

Earl Tupper es tan clave en su creación que su apellido todavía da nombre a día de hoy al envase que tanto se usa para guardar alimentos o incluso conservar platos ya preparados. Este inventor, que ya había trabajado antes como simple asalariado con polímeros sintéticos en la empresa química Dupont durante varios años, decidió crear su propia compañía de plásticos en 1938 bajo el nombre de Tupperware Plastics Company.

Pues bien, pocos años después crea ya su primera y revolucionaria línea de envases bajo el nombre de Tupperware, muy elogiada por la crítica de Estados Unidos. Este nuevo producto podía conservar en óptimo estado cualquier comida cocinada o alimento en su interior. Pero sin embargo, en la calle se le hizo poco caso a este invento, uno de los más utilizados en la actualidad, hasta que llegarán los inicios de los años 40:

De repente, tras dos años de ningún interés por parte del consumidor estadounidense respecto al Tupperware para comida preparada o el almacenamiento de alimentos, en 1940 varias vendedoras se fijaron en él y le dieron la suficiente importancia como para promocionarlo en sus demostraciones presenciales a amas de casas del país. Aquí es donde entra en juego la segunda protagonista de la historia del tupper:

Brownie Wise, responsable del segundo hito en la historia del tupper

Brownie tenía un don especial para estos eventos tan populares en la época. Década, aunque no lo creas, en la que las amas de casa tapaban la comida sobrante con gorros de ducha. Y ella llegó para convencerlas de que, evidentemente, el tupper era un producto bastante más apropiado para conservar alimentos o comidas ya preparadas.

A partir de aquí, todo empezó a ir vertiginosamente ‘in crescendo’. El éxito de Wise era demoledor en las presentaciones. Hacía de todo con los tuppers para comida ya preparada que hoy siguen usándose para lo mismo: les daba la vuelta para demostrar su cierre hermético o incluso los estrellaba bruscamente contra el suelo para que las amas de casa vieran con sus propios ojos todas sus excelentes propiedades.

Obviamente, esto enseguida lo quiso controlar su creador, Earl Tupper, para salir directamente beneficiado de la venta directa. Y usó para ello la vía más fácil y rápida. Contrató a esta vendedora con tanto carisma para ponerla al frente de una nueva compañía enfocada solo a las ventas: la Tupperware Home Parties. Algo histórico por aquel entonces, el hecho de que una mujer ocupará un alto cargo directivo.

Sus funciones eran oficialmente de supervisión y gestión de ventas, pero lo cierto es que más bien ejercía de imagen de la nueva empresa: su liderazgo enamoró a toda una generación de mujeres de la posguerra. Se dejaban guiar por sus recomendaciones.

Hoy está presente en todo el mundo

Hasta los 80 fueron los años más gloriosos de Tuperware: después la empresa fue comprada por lo que hoy es la famosa compañía Kraft y en 1984 su licencia expiró, lo que abrió la veda a que cientos de productores de todos los continentes pudieran fabricarlos en sus plantas industriales.

Si Earl Tupper viera hoy la evolución de su invento alucinaría. Por ejemplo, en nuestro país, empresas como NoCocinoMas gracias al uso de este soporte le facilitan la vida diaria a cientos de personas. Ofrecen el envío de deliciosa comida preparada con productos frescos y naturales a domicilio para que sus clientes puedan comer rico y sano todos los días de la semana, sobre todo aquellos que no tienen el tiempo suficiente o las ganas necesarias para cocinar a diario propuestas tan especiales como las que estos profesionales preparan en tupper a precios más que razonables.