Llevar una dieta vegetariana balanceada: todo lo que debes saber

 en Cocina ecológica

Erróneamente, la mayoría asumimos que, al llevar una dieta vegetariana, ya tenemos una vida nutricionalmente balanceada y saludable. Sin embargo, que las frutas y verduras constituyan un elemento principal de nuestra dieta no asegura que nuestro cuerpo esté obteniendo todos los nutrientes y vitaminas que necesita para funcionar de manera eficiente y con la energía adecuada. De hecho, esto a veces puede convertirse en un problema para nuestra salud.

Se debe a que, aunque dejar de consumir carne es una actitud noble y admirable, lo cierto es que son una importante fuente de proteína para nuestro cuerpo. Eliminar la carne por completo de nuestra dieta significa que nuestro organismo deja de obtener esta fuente de nutrientes, por lo que empezará a fallar en algunos aspectos. ¿La clave? Saber cuáles son los alimentos que debes ingerir y combinar para sustituir aquello que la carne solía brindarnos.

Tipos de dieta vegetariana balanceada

No nos malinterpretes, una dieta vegetariana puede llegar a ser increíblemente balanceada y saludable. Sin embargo, esta debe ser coherente y debe seguir ciertas reglas a la que debemos adherirnos para evitar problemas. Es decir, contar con una planificación coherente y bien pensada. En la actualidad existen varias variantes de dieta vegetariana, cada una con reglas y objetivos diferentes.

Cabe recalcar que cada dieta vegetariana tiene el potencial de ser balanceada, solo que con métodos diferentes. Algunas de las principales es la dieta vegana, que se limita exclusivamente a productos de origen vegetal, excluyendo los de origen animal. Asimismo, también está la dieta lactovegetariana, que se basa en consumir productos de origen vegetal y lácteos.

Luego tenemos la dieta más completa a nivel nutricional, la ovolactovegetariana, que es similar a la anterior, pero que incluye el consumo de huevos. Por último, tenemos la corriente pescetariana, que nada más incluye alimentos de origen vegetal, pero que tolera el consumo de la carne de pescado. Sea cual sea la corriente vegetariana que desees seguir, existe una clave universal que te ayudará a mantenerte saludable.

Todas las claves para llevar una dieta saludable

Como ya mencionamos, una de las principales claves está en saber qué es exactamente lo que debes comer para sustituir lo que hemos suprimido, dependiendo también del tipo de dieta que llevemos. Por ejemplo, si tu dieta no incluye alimentos de origen animal, puedes optar por ingerir leche de soja, de arroz o de almendras en lugar de lácteos de animales. Por otro lado, si tu objetivo es el calcio, puedes optar por la col rizada, los nabos y las algas.

Ahora hablemos de la carne. Como lo indica una dieta vegetariana balanceada, la carne no es un elemento indispensable en nuestras vidas. De hecho, eliminarla de nuestra dieta nos ayuda a reducir los niveles de colesterol y las grasas saturadas. Sin embargo, la proteína que aporta sí que es necesaria. Para conseguirla, podemos sustituirla por tofu, frijoles, legumbres y frutos secos.

Asimismo, si tu tipo de dieta incluye huevos, entonces este se volverá tu principal fuente de proteínas. Por otro lado, el hierro es otro elemento importante que tendremos que sustituir. Los alimentos que lo contienen son los frijoles y las frutas deshidratas. Muchos profesionales también recomiendan ingerirlos con alimentos que contengan vitamina C, que ayuda en su absorción.

El zinc es otro elemento que se puede sustituir y encontrarlo en quesos. Sin embargo, si este no se incluye en tu régimen, también puedes optar por nueces y productos de soja. Por último, el omega-3, que ayuda a nuestra salud cardiovascular, lo encontrarás principalmente en el pescado. Pero si este no está en tu dieta, puedes probar con el cáñamo, el aceite de oliva extra virgen y el lino.

Las vitaminas para una dieta balanceada

Ahora, las vitaminas no son de mucha preocupación para aquellos que desean llevar una dieta vegetariana balanceada. La única que no se puede sustituir con otro alimento es la Vitamina D, la cual encontramos en alimentos de origen animal. Por suerte, esta se puede obtener directamente de los rayos del sol. La vitamina B12 también se puede encontrar en huevos y lácteos, así como en la leche de soja y los cereales.

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